Es en estas páginas de Pablo Neruda, extraídas del itinerario que desarrolló en la vida y en las letras, en donde con vocación de viajero se sumó a la aventura de diversos libros amigos escribiendo sus prólogos. Junto a esos testimonios que registran el paso del tiempo, se encuentran las líneas transidas de interioridad del joven poeta llegado a la capital que, a la par de la edición de sus versos, da cuenta a través del oscuro brillo de una prosa reservada, llena de ecos, de las insatisfacciones radicales que lo asediaban. La obra reunida hoy permite seguir a contraluz el paso de Pablo Neruda de un capítulo a otro de su trayectoria, desde aquella subjetividad dolorosa cruzada de penumbras, hasta el advenimiento de una poesía que postulaba ser ciudadana y participativa en la historia. Esta obra recupera un costado perdido en la vasta producción literaria de Pablo Neruda cual es la escritura de los prólogos que hizo a obras suyas y ajenas. Si bien la reunión de dichas páginas constituye sobre todo un espejo de las tribulaciones y alegrías del poeta, también representa de manera perdurable un lazo de amistad con muchos libros del pasado.