En: Convergencia. no. 12, 1987. pp. 20-23.

Ante todo -y séanos excusada la digresión de índole- nos parece conveniente explicar a los miembros de la comunidad universitaria los motivos inmediatos de nuestra renuncia que habrá podido ser considerada como abandono de una responsabilidad directiva ingrata, en grave circunstancia. La verdad es otra: creímos sinceramente que nuestro alejamiento del cargo de rector -inevitable, por lo demás, después de haber acordado el Consejo Universitario la reorganización de la Facultad de Filosofía y Educación- aminoraría las tensiones internas.\El conflicto entre el Consejo Universitario y la Facultad de Filosofía y Educación, se produjo con motivo de las consultas oficiales que en ésta se hacían para proponer, con el voto de representantes estudiantiles, a los jefes de Secciones y directores de Escuelas, vulnerando explícitos acuerdos del consejo universitario sobre la materia, adoptados en completa concordancia con el pensamiento mayoritario de la Federación de Estudiantes, en términos que ya habían sido aprobados, además, como disposiciones del nuevo Estatuto en discusión.