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Naplús, laboratorio de la tercera Intifada / (Record no. 35051)

MARC details
000 -CABECERA
campo de control de longitud fija 06683cab a2200193 a 4500
001 - NÚMERO DE CONTROL
campo de control 035051
003 - IDENTIFICADOR DEL NÚMERO DE CONTROL
campo de control UAHC_CL
005 - FECHA Y HORA DE LA ÚLTIMA TRANSACCIÓN
campo de control 20170803123820.0
008 - DATOS DE LONGITUD FIJA--INFORMACIÓN GENERAL
campo de control de longitud fija 050708b xx j 000 1 spa
040 ## - FUENTE DE LA CATALOGACIÓN
Centro catalogador/agencia de origen UAHC_CL
Centro/agencia transcriptor UAHC_CL
Centro/agencia modificador UAHC_CL
100 1# - ENTRADA PRINCIPAL--NOMBRE DE PERSONA
Nombre de persona Barthe, Benjamin
245 10 - MENCIÓN DE TÍTULO
Título Naplús, laboratorio de la tercera Intifada /
Mención de responsabilidad, etc. por Benjamin Barthe.
520 ## - SUMARIO, ETC.
Sumario, etc. El sol embellece a Naplús. Hace brillar la piedra de los edificios. Barre el polvo de las callejuelas de la casba. Su luz libera a la capital del norte de Cisjordania del estrecho desfiladero montañoso donde nació y donde se acurruca durante el invierno. Esta mañana de junio, en la plaza central, un vendedor pregona sus precios a los cuatro vientos. Los puestos instalados en las veredas desbordan de productos. En torno a la rotonda los transeúntes, los taxis y los camiones de distribución de mercadería se entremezclan en una cacofonía de gritos y bocinas bajo la mirada indulgente de tres policías, con la Kalachnikov en bandolera.\\Del otro lado del valle, en una casa escondida en la ladera del monte Ebal, una anciana y su hija miran televisión en silencio. Por la pantalla desfilan las imágenes de la liberación de 400 prisioneros palestinos. Sana Al-Attabeh y su madre observan con mirada inexpresiva. Saíd, el hijo mayor, el decano de los detenidos palestinos, no estaba en los autobuses que devolvían detenidos a los territorios ocupados. Condenado a prisión perpetua por haber organizado dos atentados sangrientos en Israel, desde 1977 se pudre detrás de las rejas. Hace cinco años que ningún miembro de su familia puede visitarlo. El padre murió y la madre está demasiado enferma como para viajar hasta la prisión de Ashkelon.\\Sana dice: "En cuanto a nosotros, sus hermanos y hermanas, durante toda la Intifada las autoridades israelíes se negaron a otorgarnos el permiso. En el mes de febrero accedieron por fin a flexibilizar sus restricciones, pero eso no cambia nada. Hay que tener menos de 16 años o más de 46 para obtener un permiso, lo que no es el caso de ninguno de entre nosotros". Y Sana prosigue: "Los israelíes podrían captar a miles de hogares en torno a la idea de paz liberando en masa a los detenidos. En cambio, cada seis meses los sueltan a cuentagotas y al mismo tiempo detienen a una cantidad igual. ¿Cuándo comprenderán que cuando uno de los nuestros está en la cárcel nuestra vida se detiene?".
520 ## - SUMARIO, ETC.
Sumario, etc. El sol embellece a Naplús. Hace brillar la piedra de los edificios. Barre el polvo de las callejuelas de la casba. Su luz libera a la capital del norte de Cisjordania del estrecho desfiladero montañoso donde nació y donde se acurruca durante el invierno. Esta mañana de junio, en la plaza central, un vendedor pregona sus precios a los cuatro vientos. Los puestos instalados en las veredas desbordan de productos. En torno a la rotonda los transeúntes, los taxis y los camiones de distribución de mercadería se entremezclan en una cacofonía de gritos y bocinas bajo la mirada indulgente de tres policías, con la Kalachnikov en bandolera.\\Del otro lado del valle, en una casa escondida en la ladera del monte Ebal, una anciana y su hija miran televisión en silencio. Por la pantalla desfilan las imágenes de la liberación de 400 prisioneros palestinos. Sana Al-Attabeh y su madre observan con mirada inexpresiva. Saíd, el hijo mayor, el decano de los detenidos palestinos, no estaba en los autobuses que devolvían detenidos a los territorios ocupados. Condenado a prisión perpetua por haber organizado dos atentados sangrientos en Israel, desde 1977 se pudre detrás de las rejas. Hace cinco años que ningún miembro de su familia puede visitarlo. El padre murió y la madre está demasiado enferma como para viajar hasta la prisión de Ashkelon.\\Sana dice: "En cuanto a nosotros, sus hermanos y hermanas, durante toda la Intifada las autoridades israelíes se negaron a otorgarnos el permiso. En el mes de febrero accedieron por fin a flexibilizar sus restricciones, pero eso no cambia nada. Hay que tener menos de 16 años o más de 46 para obtener un permiso, lo que no es el caso de ninguno de entre nosotros". Y Sana prosigue: "Los israelíes podrían captar a miles de hogares en torno a la idea de paz liberando en masa a los detenidos. En cambio, cada seis meses los sueltan a cuentagotas y al mismo tiempo detienen a una cantidad igual. ¿Cuándo comprenderán que cuando uno de los nuestros está en la cárcel nuestra vida se detiene?".
520 ## - SUMARIO, ETC.
Sumario, etc. El sol embellece a Naplús. Hace brillar la piedra de los edificios. Barre el polvo de las callejuelas de la casba. Su luz libera a la capital del norte de Cisjordania del estrecho desfiladero montaÒoso donde naciÛ y donde se acurruca durante el invierno. Esta maÒana de junio, en la plaza central, un vendedor pregona sus precios a los cuatro vientos. Los puestos instalados en las veredas desbordan de productos. En torno a la rotonda los transeúntes, los taxis y los camiones de distribuciÛn de mercaderÌa se entremezclan en una cacofonÌa de gritos y bocinas bajo la mirada indulgente de tres policÌas, con la Kalachnikov en bandolera.\\Del otro lado del valle, en una casa escondida en la ladera del monte Ebal, una anciana y su hija miran televisiÛn en silencio. Por la pantalla desfilan las im·genes de la liberaciÛn de 400 prisioneros palestinos. Sana Al-Attabeh y su madre observan con mirada inexpresiva. SaÌd, el hijo mayor, el decano de los detenidos palestinos, no estaba en los autobuses que devolvÌan detenidos a los territorios ocupados. Condenado a prisiÛn perpetua por haber organizado dos atentados sangrientos en Israel, desde 1977 se pudre detr·s de las rejas. Hace cinco aÒos que ningún miembro de su familia puede visitarlo. El padre muriÛ y la madre est· demasiado enferma como para viajar hasta la prisiÛn de Ashkelon.\\Sana dice: "En cuanto a nosotros, sus hermanos y hermanas, durante toda la Intifada las autoridades israelÌes se negaron a otorgarnos el permiso. En el mes de febrero accedieron por fin a flexibilizar sus restricciones, pero eso no cambia nada. Hay que tener menos de 16 aÒos o m·s de 46 para obtener un permiso, lo que no es el caso de ninguno de entre nosotros". Y Sana prosigue: "Los israelÌes podrÌan captar a miles de hogares en torno a la idea de paz liberando en masa a los detenidos. En cambio, cada seis meses los sueltan a cuentagotas y al mismo tiempo detienen a una cantidad igual. øCu·ndo comprender·n que cuando uno de los nuestros est· en la c·rcel nuestra vida se detiene?".
759 ## -
-- PP087
773 0# - ENLACE AL DOCUMENTO FUENTE/ENTRADA DE REGISTRO ANFITRIÓN
Título Le Monde Diplomatique.
Número de control del registro 030219
900 ## - ELEMENTOS DE DATOS A LOCAL, LDA (RLIN)
Nombre de persona LE MONDE DIPLOMATIQUE-54/05
942 ## - ELEMENTOS DE PUNTO DE ACCESO ADICIONAL (KOHA)
Tipo de ítem Koha Analítica de revista
Holdings
Estado de retiro Estado de pérdida Estado dañado No para préstamo Código de colección Localización permanente Ubicación/localización actual Ubicación en estantería Fecha de adquisición Total de préstamos Signatura topográfica completa Código de barras Fecha visto por última vez Número de copia Precio válido a partir de Tipo de ítem Koha
          Biblioteca Central Biblioteca Central Colección General 2017-08-03   LE MONDE DIPLOMATIQUE-54/05 FICTICIO4361 2019-01-08 1 2017-08-03 Analítica de revista



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