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El complejo alrededor del circuito de la producción, tráfico, consumo de drogas ilegales, así como las actividades conexas, es decir el lavado de activos o el tráfico de armas e insumos químicos, constituyen lo que genérica y erróneamente se denominaba “narcotráfico” y actualmente “narcoterrorismo”. Tales etiquetas albergan un conjunto de escenarios que cruzan la marginalidad, la exclusión y la ilegalidad, particularmente en las montañas del Perú y de los países andinos, pero también en los barrios pobres de Lima, Pucallpa, Tarapoto, San Francisco y Quillabamba.\\Las políticas sobre drogas en el Perú tienen una larga tradición -desde los años 70 en la época de los Operativos Verde Mar y luego en la mirada estrictamente policial: ser una copia fiel de lo que nos dictan desde afuera. Lo más grave es que ahora es el análisis “inteligente” el que proviene de afuera con ingentes recursos, propuestas y condicionamientos. Ello impide abordar las verdaderas causas de esta problemática en nuestro país. Por ello es que en esta nueva versión, los Diablos vuelven a hablar, a alzar su voz crítica respecto a lo que hace -y deja de hacer- el gobierno de Alan García y más aún los gobernantes de la transición democrática. El aporte fundamental de esta nueva versión es que presenta los aportes desde la propia dinámica de las organizaciones cocaleras, en su proceso de construcción de identidad en relación con la sociedad y el Estado; desde la irracionalidad del discurso sobre la coca y la historia de una condena errónea; desde la variable medioambiental que debiera estar en las políticas sobre Amazonía y desarrollo sostenible; por último, desde una mirada crítica a partir de la situación de los derechos humanos como consecuencia de esta inútil Guerra contra las Drogas.