Sin el periódico o la revista como soporte, La Crítica: El Género de los Géneros, de Camilo Marks, debe leerse, a mi juicio, a partir de sus secuencias, pues es el orden del libro el que instala su estructura. Así los textos pierden su antigua singularidad para ingresar en un territorio comunitario donde se establecen diálogos que hacen posible no sólo la dirección y la dimensión de un conjunto de intereses literarios, sino, y esto es importante, una línea de pensamiento.\\Camilo Marks ha tenido, además, una destacada trayectoria como abogado de Derechos Humanos. Y asociando (lenta, libremente) lecturas, imágenes, fragmentos y espacios, en los momentos en que concluye mi lectura de esta obra, me permito pensar que, después de todo y a pesar de la cuota de fracaso que portan las artes, la literatura en su conjunto continúa siendo uno de los derechos humanos primordiales. Sí, porque el imaginario del sujeto es –ya lo sabemos- indestructible y también inalienable.