Con el descubrimiento de excepcionales yacimientos argentíferos en América, los españoles comenzaron a dedicarse a la actividad minera. Casi toda la plata que llevaban a España -primero en navíos veloces que operaban individualmente, más tarde en convoyes organizados- pronto salía del imperio, ya que se utilizaba para pagar las importaciones y financiar los ejércitos. La excepcional liquidez así creada en el mercado internacional favoreció un desarrollo imponente del comercio intercontinental.\Con un nutrido complemento de mapas, gráficos e ilustraciones, Conquistadores, piratas, mercaderes explica magistralmente cómo en el siglo XVI, a partir de la conquista de México y la destrucción del imperio inca, España se convirtió en el país más poderoso del mundo. También narra la historia del real de a ocho, una moneda fea, mal acuñada y fácilmente cercenable que se convirtió en el soporte de las transacciones internacionales y que, juntamente con los rix dollars y los leeuwendaalder holandeses, abrió a las naciones europeas la oportunidad de expandir notablemente su comercio con Oriente.\Carlo M. Cipolla utiliza documentos inéditos de los archivos de Génova y Florencia para darnos su visión no sólo del afianzamiento de un imperio monetario más vasto y duradero que el imperio político, sino también de los motivos de su declinación, a través de la saga de la plata que, según algunos, fue para España "como la lluvia sobre los techos de las casas, que si bien cae sobre ellos, desciende al suelo sin que los que la reciben primero obtengan ningún beneficio".

Europeización del mundo