La historia reciente es objeto de las más diversas demandas y exigencias por parte de la sociedad. A quien investiga el pasado cercano, en general ligado a experiencias colectivas traumáticas, se le suele exigir que sea, a la vez, testigo, juez y garante; que su labor sirva como guía para la praxis; que brinde las claves para evitar repeticiones y errores. Se espera que ayude tanto para reconciliar como para inculpar, tanto para normalizar como para identificar excepcionalidades; que sea objetivo y, al mismo tiempo, que deje una enseñanza ejemplar. Frente a tantas exigencias: ¿cómo articular un trabajo serio, crítico y profesional aceptando, a la vez, el rol político y cívico ineludible que toca al investigador de estos temas? Este libro reúne las reflexiones y los debates de los investigadores más destacados que trabajan en este campo de difícil definición. Incluye planteos teóricos, pero también puntos de vista personales, engarzados con ejemplos concretos tomados de la historia local, regional y mundial. Se convierte, así, en una lectura apasionante para todos aquellos que –cualquiera sea su especialidad– busquen acercarse al estudio del pasado más cercano.