No es exacto hablar del ingreso del "sujeto" en la modernidad, sino más bien del ingreso de lo humano en la condiciüon del sujeto, ensayando habitar un tiempo y un espacio que parecen comenzar a expandirse sin solución de continuidad. De pronto el mundo es más. La oculación filosófica de la literatura explora una vez más los procesos de construcción de sentido y, por lo tanto, de mundo: la manera en que los seres humanos resuelven el problema de la verdad. ¿Cuándo este proceso es por entero asunto de la filosofía? Podría decirse que ocurre tal cosa cuando el discurso dela comprensión se despliega desde una distancia infranqueable, cuando la comprensión misma hace pasar el tiempo de una época a otra todavía por venir. La filosofía muestra - al modo del búho de Minerva que según Hegel "levanta su vuelo al atardecer"- cómo había sido posible habitar en ese "mundo". Se contempla entonces lo que ha sido desde un presente, que es más bien como la orilla del pasado. En esto consiste precisamente ese "malestar indefinible" que conduce al sujeto hacia la literatura como a Wakefield a realizar su memorable extravagancia. Curiosa desazón esa de la subjetividad moderna, que opera como la necesacia condición de la espera del acontecimiento que vendría a salvarnos con su fuerza destructiva.\Sergio Rojas

Subjetividad y razón en el mundo moderno