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Retomando los límites y las limitaciones del "archipiélago vertical" / Agustín Llagostera.

By: Material type: ArticleArticlePublication details: Universidad de Tarapacá Arica 2010Description: pp. 283-295Subject(s): Online resources: In: Chungará Arica : Revista de antropología chilenaSummary: El presente trabajo retoma la problemática de los límites y las limitaciones del "Archipiélago Vertical" planteada hace tres décadas por John V. Murra y a la que todavía no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafío legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la información arqueológica existente y con ello formular una hipótesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipielágica, tal como definido por Murra, se consolidó solamente en el Período Intermedio Tardío. Con anterioridad (período Medio), la necesidad de complementariedad vertical habría sido resuelta a través del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionó el "sistema de interacción reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio Tardío se conjugaron acontecimientos sociopolíticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuración sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habían alcanzado su apogeo sociocultural se habrían reestructurado bajo mecanismos que podrían asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequía, habrían iniciado un clima de agresión y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producción hortícola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacían parte de la dualidad valluna) habrían caído en poder de las poblaciones altiplánicas, convirtiéndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiélago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habría dado forma a los archipiélagos étnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serían los más meridionales del mundo andino.Summary: El presente trabajo retoma la problemática de los límites y las limitaciones del "Archipiélago Vertical" planteada hace tres décadas por John V. Murra y a la que todavía no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafío legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la información arqueológica existente y con ello formular una hipótesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipielágica, tal como definido por Murra, se consolidó solamente en el Período Intermedio Tardío. Con anterioridad (período Medio), la necesidad de complementariedad vertical habría sido resuelta a través del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionó el "sistema de interacción reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio Tardío se conjugaron acontecimientos sociopolíticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuración sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habían alcanzado su apogeo sociocultural se habrían reestructurado bajo mecanismos que podrían asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequía, habrían iniciado un clima de agresión y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producción hortícola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacían parte de la dualidad valluna) habrían caído en poder de las poblaciones altiplánicas, convirtiéndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiélago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habría dado forma a los archipiélagos étnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serían los más meridionales del mundo andino.Summary: El presente trabajo retoma la problem·tica de los lÌmites y las limitaciones del "ArchipiÈlago Vertical" planteada hace tres dÈcadas por John V. Murra y a la que todavÌa no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafÌo legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la informaciÛn arqueolÛgica existente y con ello formular una hipÛtesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipiel·gica, tal como definido por Murra, se consolidÛ solamente en el PerÌodo Intermedio TardÌo. Con anterioridad (perÌodo Medio), la necesidad de complementariedad vertical habrÌa sido resuelta a travÈs del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionÛ el "sistema de interacciÛn reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio TardÌo se conjugaron acontecimientos sociopolÌticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuraciÛn sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habÌan alcanzado su apogeo sociocultural se habrÌan reestructurado bajo mecanismos que podrÌan asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequÌa, habrÌan iniciado un clima de agresiÛn y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producciÛn hortÌcola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacÌan parte de la dualidad valluna) habrÌan caÌdo en poder de las poblaciones altipl·nicas, convirtiÈndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiÈlago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habrÌa dado forma a los archipiÈlagos Ètnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serÌan los m·s meridionales del mundo andino.
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Analítica de revista Biblioteca Central Colección General General CHUNGARA ARICA-01/10 (Browse shelf(Opens below)) 1 Available FICTICIO1689

En: Chungará (Arica), 2010, vol.42, no.1, p. 283-295. ISSN 0717-7356.\También disponible en formato electrónico.

En: Chungará (Arica), 2010, vol.42, no.1, p. 283-295. ISSN 0717-7356.\También disponible en formato electrónico.

El presente trabajo retoma la problemática de los límites y las limitaciones del "Archipiélago Vertical" planteada hace tres décadas por John V. Murra y a la que todavía no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafío legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la información arqueológica existente y con ello formular una hipótesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipielágica, tal como definido por Murra, se consolidó solamente en el Período Intermedio Tardío. Con anterioridad (período Medio), la necesidad de complementariedad vertical habría sido resuelta a través del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionó el "sistema de interacción reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio Tardío se conjugaron acontecimientos sociopolíticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuración sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habían alcanzado su apogeo sociocultural se habrían reestructurado bajo mecanismos que podrían asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequía, habrían iniciado un clima de agresión y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producción hortícola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacían parte de la dualidad valluna) habrían caído en poder de las poblaciones altiplánicas, convirtiéndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiélago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habría dado forma a los archipiélagos étnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serían los más meridionales del mundo andino.

El presente trabajo retoma la problemática de los límites y las limitaciones del "Archipiélago Vertical" planteada hace tres décadas por John V. Murra y a la que todavía no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafío legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la información arqueológica existente y con ello formular una hipótesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipielágica, tal como definido por Murra, se consolidó solamente en el Período Intermedio Tardío. Con anterioridad (período Medio), la necesidad de complementariedad vertical habría sido resuelta a través del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionó el "sistema de interacción reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio Tardío se conjugaron acontecimientos sociopolíticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuración sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habían alcanzado su apogeo sociocultural se habrían reestructurado bajo mecanismos que podrían asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequía, habrían iniciado un clima de agresión y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producción hortícola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacían parte de la dualidad valluna) habrían caído en poder de las poblaciones altiplánicas, convirtiéndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiélago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habría dado forma a los archipiélagos étnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serían los más meridionales del mundo andino.

El presente trabajo retoma la problem·tica de los lÌmites y las limitaciones del "ArchipiÈlago Vertical" planteada hace tres dÈcadas por John V. Murra y a la que todavÌa no se le ha podido dar una respuesta satisfactoria. Con esto no pretendemos resolver el desafÌo legado por Murra, sino dar una diferente lectura a la informaciÛn arqueolÛgica existente y con ello formular una hipÛtesis que pueda orientar el debate y la búsqueda de respuestas bajo un panorama de mayor amplitud. Nuestro enfoque se centra en el segmento de la vertiente occidental andina correspondiente al norte del actual territorio chileno, planteando que en esta franja el modelo de verticalidad archipiel·gica, tal como definido por Murra, se consolidÛ solamente en el PerÌodo Intermedio TardÌo. Con anterioridad (perÌodo Medio), la necesidad de complementariedad vertical habrÌa sido resuelta a travÈs del macrosistema orquestado por Tiwanaku, entidad que perfeccionÛ el "sistema de interacciÛn reticular" (Llagostera 2006), de data anterior, por lo que no necesariamente tuvo que recurrir a colonias. En el Intermedio TardÌo se conjugaron acontecimientos sociopolÌticos y eventos medioambientales que motivaron una reestructuraciÛn sin precedentes en las tierras altoandinas y en los Valles Occidentales. En estos últimos, las poblaciones vallunas que habÌan alcanzado su apogeo sociocultural se habrÌan reestructurado bajo mecanismos que podrÌan asimilarse a los sistemas de "dualidad". En tanto, las poblaciones del altiplano, que estaban siendo flageladas por una intensa sequÌa, habrÌan iniciado un clima de agresiÛn y de violencia hacia las poblaciones de las cabeceras de los valles occidentales para apoderarse de la producciÛn hortÌcola y de sus tierras. Finalmente, los reductos de estas poblaciones precordilleranas (que originalmente hacÌan parte de la dualidad valluna) habrÌan caÌdo en poder de las poblaciones altipl·nicas, convirtiÈndose en colonias ("islas") de estas últimas, consolidando la estructura de "archipiÈlago vertical", con cabecera en el altiplano. De esta manera se habrÌa dado forma a los archipiÈlagos Ètnicos Caranga, Quillaca y Lipes, que serÌan los m·s meridionales del mundo andino.

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