En: Extramuros: revista de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Año 2006. pp.51-60. ISSN: 07180500.

Hace cien años se produjo en Chile una eclosión productiva y crítica respecto a la identidad nacional y al rol que correspondía a la educación en su construcción. Muchos educadores fueron sus protagonistas, entre ellos el maestro Manuel J. Ortiz (1970-1945). Profesor normalista, periodista, escritor, publicó tres obras (Pueblo chico, 1904; Cartas de la aldea, 1908; El maestro, 1914), en las cuales el actor principal es el maestro rural, cuya representación social fluye en ellas en su contexto histórico y con soporte autobiográfico. Las peripecias, frustraciones y expectativas vivenciadas por los maestros primarios de entonces, son relatadas con sabor experiencial, estilo entretenido y ágil lenguaje. La formación integral (concéntrica) de las Escuelas Normales, con su sello alemán, incluía la educación musical (como el aprendizaje del violín), la mística de la alfabetización, la adscripción al positivismo científico y a la tolerancia (en pugna con los preceptos clericales); la escasa remuneración y magras condiciones laborales docentes, y el dominio de los poderes políticos locales e intereses personales por sobre la acción cultural pedagógica, aparecen escritas y descritas con maestría e ironía, motivadas, además, por ser vividas en carne propia y 'proyectadas' psicodinámicamente en la creación literaria.\Presentamos aquí un breve esbozo biográfico del profesor Ortiz y una reseña integrada de sus tres obras principales, a cuyo través vislumbramos con propiedad cuál era el imaginario y la realidad social en que desarrollaba su acción docente y cultural el maestro rural al comenzar el siglo XX en nuestro país.