La educación en nuestro continente, el tercer milenio y el desafío del nuevo paradigma / Ingrid Hecker.
Material type: ArticlePublication details: Universidad Bolivariana Santiago, Chile 2001Description: p. 91-98Subject(s): In: Polis : Revista de la Universidad BolivarianaSummary: La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexión en torno al carácter específico que ha de tener la educación en las sociedades de América Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acción que ejerce en los protagonistas del proceso de enseñanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez más, así como más agresiva y más competitiva. La especificidad de la educación está relacionada con su gestión liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acción del positivismo que invade la acción educativa; la educación se desperfila y pierde dramáticamente ese carácter de vuelo infinito de la imaginación y de la búsqueda del saber, convirtiéndose en una forma más de socialización una forma más de adaptación a las situaciones sociales específicas. La socialización, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acción reflexiva de la educación. Esta es la que permite, cuando se respeta su carácter democrático, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.Summary: La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexión en torno al carácter específico que ha de tener la educación en las sociedades de América Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acción que ejerce en los protagonistas del proceso de enseñanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez más, así como más agresiva y más competitiva. La especificidad de la educación está relacionada con su gestión liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acción del positivismo que invade la acción educativa; la educación se desperfila y pierde dramáticamente ese carácter de vuelo infinito de la imaginación y de la búsqueda del saber, convirtiéndose en una forma más de socialización una forma más de adaptación a las situaciones sociales específicas. La socialización, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acción reflexiva de la educación. Esta es la que permite, cuando se respeta su carácter democrático, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.Summary: La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexiÛn en torno al car·cter especÌfico que ha de tener la educaciÛn en las sociedades de AmÈrica Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acciÛn que ejerce en los protagonistas del proceso de enseÒanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez m·s, asÌ como m·s agresiva y m·s competitiva. La especificidad de la educaciÛn est· relacionada con su gestiÛn liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acciÛn del positivismo que invade la acciÛn educativa; la educaciÛn se desperfila y pierde dram·ticamente ese car·cter de vuelo infinito de la imaginaciÛn y de la búsqueda del saber, convirtiÈndose en una forma m·s de socializaciÛn una forma m·s de adaptaciÛn a las situaciones sociales especÌficas. La socializaciÛn, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acciÛn reflexiva de la educaciÛn. Esta es la que permite, cuando se respeta su car·cter democr·tico, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.Item type | Current library | Collection | Call number | Copy number | Status | Date due | Barcode | |
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Analítica de revista | Biblioteca Central Colección General | General | POLIS-01/01 (Browse shelf(Opens below)) | 1 | Available | FICTICIO5219 |
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En: Polis. Revista de la Universidad Bolivariana. Vol. I, no. 1, 2001. pp. 91-98. ISSN: 0717-6554.
La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexión en torno al carácter específico que ha de tener la educación en las sociedades de América Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acción que ejerce en los protagonistas del proceso de enseñanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez más, así como más agresiva y más competitiva. La especificidad de la educación está relacionada con su gestión liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acción del positivismo que invade la acción educativa; la educación se desperfila y pierde dramáticamente ese carácter de vuelo infinito de la imaginación y de la búsqueda del saber, convirtiéndose en una forma más de socialización una forma más de adaptación a las situaciones sociales específicas. La socialización, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acción reflexiva de la educación. Esta es la que permite, cuando se respeta su carácter democrático, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.
La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexión en torno al carácter específico que ha de tener la educación en las sociedades de América Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acción que ejerce en los protagonistas del proceso de enseñanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez más, así como más agresiva y más competitiva. La especificidad de la educación está relacionada con su gestión liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acción del positivismo que invade la acción educativa; la educación se desperfila y pierde dramáticamente ese carácter de vuelo infinito de la imaginación y de la búsqueda del saber, convirtiéndose en una forma más de socialización una forma más de adaptación a las situaciones sociales específicas. La socialización, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acción reflexiva de la educación. Esta es la que permite, cuando se respeta su carácter democrático, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.
La celeridad y fluidez de los cambios en los albores del tercer milenio, hacen necesaria una reflexiÛn en torno al car·cter especÌfico que ha de tener la educaciÛn en las sociedades de AmÈrica Latina y, especialmente en la nuestra,porque la acciÛn que ejerce en los protagonistas del proceso de enseÒanza/aprendizaje no los prepara para hacerse cargo de la complejidad del entorno que es creciente cada vez m·s, asÌ como m·s agresiva y m·s competitiva. La especificidad de la educaciÛn est· relacionada con su gestiÛn liberadora. Cuando se la enmarca dentro de un esquema mecanicista, repetitivo y conductista que hemos heredado del paradigma racionalista desde el siglo XVII, y con mayor fuerza desde fines del siglo XIX por la acciÛn del positivismo que invade la acciÛn educativa; la educaciÛn se desperfila y pierde dram·ticamente ese car·cter de vuelo infinito de la imaginaciÛn y de la búsqueda del saber, convirtiÈndose en una forma m·s de socializaciÛn una forma m·s de adaptaciÛn a las situaciones sociales especÌficas. La socializaciÛn, adapta al actor a su grupo social, a su sociedad, a su cultura sin incorporar a su proceso, la acciÛn reflexiva de la educaciÛn. Esta es la que permite, cuando se respeta su car·cter democr·tico, que la persona interprete y reinterprete continuamente su realidad.
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