En: Rev Chil Salud Pública, 2004; Vol 8 (3): 158-161

En: Rev Chil Salud Pública, 2004; Vol 8 (3): 158-161

Preocupada por la alta frecuencia de quemaduras en niños producidas por el uso de fuegos artificiales durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo. La Corporación de ayuda al niño quemado, Coaniquem, en asociación con el Ministerio de Salud, efectuó desde 1993 una campaña de prevención junto con una vigilancia epidemiológica de este accidente que se hizo extensiva a todo el país desde 1997. Dicha campaña tuvo un leve efecto en su objetivo principal pero logró concientizar a la opinión pública sobre la importancia del problema y convenció a las autoridades sobre la conveniencia de modificar drásticamente la legislación que regula la fabricación y venta de estos productos. Habiéndose dictado una nueva ley que prohibió, en el año 2000, la venta de fuegos artificiales para uso personal en Chile, se quiso conocer el impacto de la medida para lo cual se comparó la incidencia de quemaduras infantiles ocurridas en las fiestas de fin de año, registradas a través de la vigilancia epidemiológica, de los tres años previos al cambio con los tres años posteriores de éste. Se observó una disminución de 85% en el número de casos y de un 3,8% de las hospitalizaciones. No hubo cambios en los fuegos artificiales sólo pudo explicarse como consecuencia de comercio clandestino en todos los casos. La prohibición ha resultado muy efectiva, pero la venta ilegal obliga a continuar con la campaña preventiva y efectuar una estricta fiscalización del cumplimiento de la ley.

Preocupada por la alta frecuencia de quemaduras en niños producidas por el uso de fuegos artificiales durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo. La Corporación de ayuda al niño quemado, Coaniquem, en asociación con el Ministerio de Salud, efectuó desde 1993 una campaña de prevención junto con una vigilancia epidemiológica de este accidente que se hizo extensiva a todo el país desde 1997. Dicha campaña tuvo un leve efecto en su objetivo principal pero logró concientizar a la opinión pública sobre la importancia del problema y convenció a las autoridades sobre la conveniencia de modificar drásticamente la legislación que regula la fabricación y venta de estos productos. Habiéndose dictado una nueva ley que prohibió, en el año 2000, la venta de fuegos artificiales para uso personal en Chile, se quiso conocer el impacto de la medida para lo cual se comparó la incidencia de quemaduras infantiles ocurridas en las fiestas de fin de año, registradas a través de la vigilancia epidemiológica, de los tres años previos al cambio con los tres años posteriores de éste. Se observó una disminución de 85% en el número de casos y de un 3,8% de las hospitalizaciones. No hubo cambios en los fuegos artificiales sólo pudo explicarse como consecuencia de comercio clandestino en todos los casos. La prohibición ha resultado muy efectiva, pero la venta ilegal obliga a continuar con la campaña preventiva y efectuar una estricta fiscalización del cumplimiento de la ley.

Preocupada por la alta frecuencia de quemaduras en niÒos producidas por el uso de fuegos artificiales durante las fiestas de Navidad y AÒo Nuevo. La CorporaciÛn de ayuda al niÒo quemado, Coaniquem, en asociaciÛn con el Ministerio de Salud, efectuÛ desde 1993 una campaÒa de prevenciÛn junto con una vigilancia epidemiolÛgica de este accidente que se hizo extensiva a todo el paÌs desde 1997. Dicha campaÒa tuvo un leve efecto en su objetivo principal pero logrÛ concientizar a la opiniÛn pública sobre la importancia del problema y convenciÛ a las autoridades sobre la conveniencia de modificar dr·sticamente la legislaciÛn que regula la fabricaciÛn y venta de estos productos. HabiÈndose dictado una nueva ley que prohibiÛ, en el aÒo 2000, la venta de fuegos artificiales para uso personal en Chile, se quiso conocer el impacto de la medida para lo cual se comparÛ la incidencia de quemaduras infantiles ocurridas en las fiestas de fin de aÒo, registradas a travÈs de la vigilancia epidemiolÛgica, de los tres aÒos previos al cambio con los tres aÒos posteriores de Èste. Se observÛ una disminuciÛn de 85% en el número de casos y de un 3,8% de las hospitalizaciones. No hubo cambios en los fuegos artificiales sÛlo pudo explicarse como consecuencia de comercio clandestino en todos los casos. La prohibiciÛn ha resultado muy efectiva, pero la venta ilegal obliga a continuar con la campaÒa preventiva y efectuar una estricta fiscalizaciÛn del cumplimiento de la ley.