La cuestión política, aquí abordada como problemática del ser, se entrega a la constitución de los Estados, cómo se formaron, cómo están configurados, desde el punto de vista de una analítica trascendental lingüística. En el texto se trata de tres Estados ejemplares, que sirven de parámetro para toda forma e historia de la política, como lo son los Estados Unidos –el Estado democrático por excelencia–, más que los griegos; luego la República de nuestros días, esto es Francia, en memoria de Roma o la República; y finalmente, el Régimen, la Unión Soviética, donde se cierran todas las posibilidades y perspectivas políticas, visto como un Sol rojo o negro en formación. El tema, en el fondo, tiene que ver como una mirada de la política en general, tal como lo hizo Aristóteles, Kant, Hobbes o Rousseau, cuando analizaron el problema de la política entendida como filosofía, disciplina o ciencia política que culminará más tarde en una Nota general para la cuestión política, como su pensar último y definitivo, con la renovación, estructura, fin y acabamiento total del quehacer de la política.