La publicación de este libro contó con el apoyo financiero del Programa de Doctorado en Psicoanálisis de la Universidad Andrés Bello.

"Vinculada de un modo innegable a la historicidad del hombre, en los modos en que esta historicidad se transparenta en las creaciones anímicas, artísticas, morales, religiosas y políticas, la violencia supone de manera no menos relevante, una difícil consideración respecto del accionar que ella convoca al interior de la organización de la vida anímica individual y colectiva.
El propósito de la presente obra es en gran medida un esfuerzo de crítica. Intenta ubicar los dominios y los territorios de la violencia en torno de tres ejes de discusión. Un primer eje es aquel que destaca la incidencia de la violencia en la constitución de los procesos anímicos inconscientes, enfatizando sus modos de presentación en la clínica psicoanalítica.
En segundo eje se concentra en observar las formulaciones que al alero de la problemática del odio y de la violencia, el psicoanálisis establece para pensar las condiciones de lo político y de la comunidad. En este punto es donde el psicoanálisis encuentra el enigma de lo político y en toda caso su aporía, ya que sus desarrollos evidencian que es preciso para fundar la comunidad, el acontecimiento constante de someterla permanentemente a cuestionamiento.
Un tercer eje es aquel que el psicoanálisis establece en el dialogo con otras disciplinas sociales. Este fértil vínculo intenta visualizar que la única manera de evitar que el fundamento democrático de la política sea inmediatamente contradicho y negado en su institución, es indudablemente la acción de abolir su fundamento mismo. Pensar un fundamento para las lógicas de habitación colectiva, es lo que realmente podría constituir el punto extremo. Es en esas certitudes donde el psicoanálisis devela los motivos propios del terror y de lo extremo de la violencia."