Mientras que sobre los indios del Virreinato del Perú se desencadenaba en el siglo XVII la ira de la Iglesia Católica y sus creencias eran demonizadas y perseguidas, los nativos de la diócesis de Arequipa (actual sur del Perú y norte de Chile) mantenían una existencia reposada y gozaban d la reputación de ser buenos cristianos. Tal situación se prolongó por todo el período colonial, no porque los nativos arequipeños habían sido mejor adoctrinados o hubiesen abrazado con mayor y sincero fervor la religión impuesta por los españoles.\Este estudio demuestra que los nativos de la diócesis de Arequipa mantuvieron elementos fundamentales de su religión ancestral, como el culto a las montañas y la adoración a las momias de sus ancestros; prácticas que en otros lugares de los Andes eran definidas por la Iglesia como hábitos perniciosos y, por lo tanto, perseguidas. En esta área del imperio español, nativos y representantes de la Iglesia habían establecido elaborados acuerdos que, aunque bordeaban en la corrupción, permitieron a unos intervenir con éxito en el comercio y a otros acumular méritos para escalar en la carrera sacerdotal. Tras este delicado equilibrio, las creencias indígenas se fueron difuminando bajo la influencia del catolicismo. Hacia fines de la Colonia, los elementos fundamentales de la nueva fe habían sido absorbidos por la cultura andina, en cuya naturaleza flexible radica la clave de su sobrevivencia.