El libro del profesor Aldo Montenegro González sitúa ya desde el título la función fundamental de la evaluación en el aprendizaje. En el aprendizaje de los docentes y en el aprendizaje del alumnado. Plantea en su breve y enjundioso libro cómo conseguir hacer de la evaluación un camino hacia el aprendizaje. Lo dice de forma clara, casi lapidaria: El presente libro aspira a entregar algunas ideas respecto a la importancia que tiene la evaluación para el aprendizaje de calidad. Hay un camino de ida y vuelta entre la evaluación y el aprendizaje. Un aprendizaje de calidad propiciará una evaluación exitosa y unas exigencias ricas de la evaluación propiciaran un aprendizaje de calidad. El autor señala que una evaluación de naturaleza pobre, propicia un proceso de enseñanza y aprendizaje pobre. Si, como dice el profesor Montenegro, la evaluación se convirtiera en un proceso ético y racional, si el alumno fuese protagonista a través de la autoevaluación, si se produjesen situaciones y procedimientos de evaluación de carácter auténtico, si se evaluase durante el proceso y no solo al final, si se evaluase con una nueva mirada, si se aplicase la metacognición al proceso de aprendizaje y de los resultados, otro gallo nos cantaría.