Ahumada A., Pedro

Un modelo para el desarrollo y evaluación curricular / Pedro Ahumada A., Dagoberto Salinas A., Jorge López T. - Santiago, Chile CPU 2005 - p. 141-166

En: Estudios sociales, nû115, 2005. p. 141-166. ISSN 07160321. En: Estudios sociales, n°115, 2005. p. 141-166. ISSN 07160321. En: Estudios sociales, nç115, 2005. p. 141-166. ISSN 07160321.

Este trabajo presenta un modelo de desarrollo curricular que se inicia con la formulación del perfil académico profesional que es contrastado con los requerimientos académicos que la estructura universitaria ha programado para satisfacerlo. La formulación del perfil supone: a. determinación del perfil ocupacional (demandas a las que responde); b. determinación del perfil académico (componente intelectual y psicomotriz); c.determinación del perfil de personalidad (competencias actitudinales que son condiciones y disposiciones de personalidad para el desempeño profesional exitoso); d. determinación del perfil prospectivo (criterios para obtener un perfil de mayor estabilidad en el tiempo y que no resulte obsoleto a corto plazo). La etapa siguiente es la formulación de la malla curricular del plan de estudios que supone el ordenamiento de las competencias por matrices (bloques curriculares y líneas directrices transversales). El paso siguiente es la elaboración de los programas de estudio de las unidades curriculares (cursos) que incluye; formulación de objetivos terminales; determinación de la estrategia metodológica; selección de los medios, selección de criterios, técnicas y procedimientos de evaluación. En la parte final del trabajo los autores presentan un sistema viable para realizar las revisiones que permitan evaluar la vigencia de las competencias que configuran el perfil profesional. Este trabajo presenta un modelo de desarrollo curricular que se inicia con la formulación del perfil académico profesional que es contrastado con los requerimientos académicos que la estructura universitaria ha programado para satisfacerlo. La formulación del perfil supone: a. determinación del perfil ocupacional (demandas a las que responde); b. determinación del perfil académico (componente intelectual y psicomotriz); c.determinación del perfil de personalidad (competencias actitudinales que son condiciones y disposiciones de personalidad para el desempeño profesional exitoso); d. determinación del perfil prospectivo (criterios para obtener un perfil de mayor estabilidad en el tiempo y que no resulte obsoleto a corto plazo). La etapa siguiente es la formulación de la malla curricular del plan de estudios que supone el ordenamiento de las competencias por matrices (bloques curriculares y líneas directrices transversales). El paso siguiente es la elaboración de los programas de estudio de las unidades curriculares (cursos) que incluye; formulación de objetivos terminales; determinación de la estrategia metodológica; selección de los medios, selección de criterios, técnicas y procedimientos de evaluación. En la parte final del trabajo los autores presentan un sistema viable para realizar las revisiones que permitan evaluar la vigencia de las competencias que configuran el perfil profesional.