Education and literacy /
David R. Olson.
- España Edisa 2009
- pp. 141-151
Infancia y aprendizaje. (España) 2008, vol. 32 (2) pp. 141-151. ISSN: 0210-3702. Infancia y aprendizaje. (España) 2008, vol. 32 (2) pp. 141-151. ISSN: 0210-3702.
La alfabetización básica, la habilidad de leer y escribir, se adquiere de manera relativamente fácil pero tiene poco que ver con la posibilidad de que la lectura y la escritura se usen y sean herramientas de poder ya que estas son prácticas sociales en las cuales lectores y escritores se involucran con los textos para muy distintos propósitos. Algunas de las formas de gestionar los textos difieren tanto de la alfabetización básica que será mejor describirlas por un segundo concepto: alfabetización como conocimiento de la bibliografía o alfabetización académica. Las comunidades de lectores desarrollan convenciones para leer y producir textos que puede llevar muchos años llegar a dominar. Estas convenciones que suscribe una sociedad burocrática moderna subyacen a un tercer concepto de alfabetización: alfabetización social (Elwert, 2001). Los criterios que han de satisfacerse para ser considerado alfabetizado según uno u otro concepto difieren enormemente; pero el peligro de enumerar estos criterios es que se transformen en objeto directo de instrucción en lugar de mantenerse como recursos especializados para avanzar nuestra comprensión y comunicación en dominios particulares de conocimiento. La alfabetización básica, la habilidad de leer y escribir, se adquiere de manera relativamente fácil pero tiene poco que ver con la posibilidad de que la lectura y la escritura se usen y sean herramientas de poder ya que estas son prácticas sociales en las cuales lectores y escritores se involucran con los textos para muy distintos propósitos. Algunas de las formas de gestionar los textos difieren tanto de la alfabetización básica que será mejor describirlas por un segundo concepto: alfabetización como conocimiento de la bibliografía o alfabetización académica. Las comunidades de lectores desarrollan convenciones para leer y producir textos que puede llevar muchos años llegar a dominar. Estas convenciones que suscribe una sociedad burocrática moderna subyacen a un tercer concepto de alfabetización: alfabetización social (Elwert, 2001). Los criterios que han de satisfacerse para ser considerado alfabetizado según uno u otro concepto difieren enormemente; pero el peligro de enumerar estos criterios es que se transformen en objeto directo de instrucción en lugar de mantenerse como recursos especializados para avanzar nuestra comprensión y comunicación en dominios particulares de conocimiento. La alfabetizaciÛn b·sica, la habilidad de leer y escribir, se adquiere de manera relativamente f·cil pero tiene poco que ver con la posibilidad de que la lectura y la escritura se usen y sean herramientas de poder ya que estas son pr·cticas sociales en las cuales lectores y escritores se involucran con los textos para muy distintos propÛsitos. Algunas de las formas de gestionar los textos difieren tanto de la alfabetizaciÛn b·sica que ser· mejor describirlas por un segundo concepto: alfabetizaciÛn como conocimiento de la bibliografÌa o alfabetizaciÛn acadÈmica. Las comunidades de lectores desarrollan convenciones para leer y producir textos que puede llevar muchos aÒos llegar a dominar. Estas convenciones que suscribe una sociedad burocr·tica moderna subyacen a un tercer concepto de alfabetizaciÛn: alfabetizaciÛn social (Elwert, 2001). Los criterios que han de satisfacerse para ser considerado alfabetizado según uno u otro concepto difieren enormemente; pero el peligro de enumerar estos criterios es que se transformen en objeto directo de instrucciÛn en lugar de mantenerse como recursos especializados para avanzar nuestra comprensiÛn y comunicaciÛn en dominios particulares de conocimiento.