La teoría y la crítica literarias, así como el estudio de las diversas literaturas nacionales, pasaron por cambios significativos en el mundo anglosajón a partir de la década de 1980 por la expansión del interés en examinar las manifestaciones artísticas como reflejo de relaciones de poder entre clases sociales o entre naciones colonizadoras y colonizadas. Proliferaron, asimismo, los estudios dedicados a examinar los textos como expresión de identidades minoritarias o minorizadas, identidades forjadas sobre la base de diferencias raciales, étnicas, genéricas, sexuales, gay-lésbicas, de subalternidad o definidas según cualquier criterio que implique marginación y un déficit de poder.