El autor analiza la evolución del sistema agrícola chileno en el siglo recién pasado apartándose no poco de las ideas dominantes acerca de su interpretación. La trama del libro tiene un hilo conductor destinado a dar coherencia al conjunto: la agricultura chilena es vista bajo el prisma del capitalismo agrario, por lo mismo con las leyes que le son propias, y no con los criterios del latifundismo feudal o semi-feudal ni con una visión campesinista del desarrollo en la agricultura. Por eso en el centro de esta reflexión está la noción de “crisis agrícola”, siempre presente en la literatura agraria del siglo, pero desprovista de la complejidad que le es propia. Bajo este prisma se someten a crítica las interpretaciones más difundidas acerca de los problemas agrarios del país, concluyendo que ellas pecaron de no poca unilateralidad y por lo mismo no resistieron la prueba de la práctica, particularmente durante los períodos de la reforma agraria y de la dictadura. El libro no es un panorama descriptivo y detallado de la agricultura y de la sociedad rural, pero el lector encontrará en él elementos claves para una historia de la agricultura del siglo XX. El contenido se presenta bajo la forma de un conjunto de reflexiones temáticas, escritas en diferentes períodos, fruto de una confrontación constante de las fuentes documentales con las propias experiencias del autor, adquiridas en la práctica de la investigación universitaria, en su paso por las instituciones del agro, y también como actor en el activismo político rural.

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