Libro en inglés.

Cuando esta monografía se publicó por primera vez en 1872, ya existía una gran reflexión sobre la expresión facial a través del estudio de la fisonomía; Esta obra, señala Charles Darwin (1809-82), estaba llena de "sorprendentes disparates". Dejando de lado la suposición de estudios previos de que los músculos faciales humanos fueron creados específicamente para una variedad de expresiones únicas de la especie, Darwin se propone aquí realizar un estudio sistemático de la expresión tanto humana como animal. El alcance de su investigación es extraordinariamente amplio: no sólo experimentó consigo mismo, sino que observó a niños, consultó a médicos en hospitales psiquiátricos y solicitó a misioneros y viajeros notas de primera mano sobre las expresiones de los pueblos aborígenes. Estudiado, meticuloso e ilustrado con una impresionante variedad de dibujos, fotografías y grabados, el trabajo de Darwin constituye una importante contribución al estudio del comportamiento humano y sus orígenes.