En la primeras páginas de cualquier relato policial que se precie, el lector descubre que se ha cometido un crimen en extrañas circunstancias. ¿Es la satisfacción intelectual que proporciona la investigación y resolución del caso lo que subyuga su interés desde le primer momento? ¿O queda mas bien atrapado por la fuerza de la intriga, la emoción del suspense, la acción trepidante y, por qué no decirlo, la violenca que a menudo impregna el relato? Sea como fuere, todos esos ingredientes menudean en este recorrido histórico por el relato policial, en el que figuran los grandes temas del género (desde el "enigma de la habitación cerrada" al "crimen perfecto") y po el que desfilan los más famosos detectives: el inimitable Sherlock Holmes, el duro y cínico Sam Spade o el infalible Ellery Queen. En relatos como los de Conan Doyle, Dashiell Hammett, Berkeley Cox o William Irish el lector podrá comprobar las fascinación que ejerce el misterio y el placer que produce resolverlo. Se ha sugerido, no obstante, que lo que en verdad nos complace de las historias detectivescas es la liberación del sentimiento de culpabilidad que experimentamos al leerlas. Si ése fuera su caso, no lea el útimo relato de esta antología: la víctima es usted.