El estar sentado en sillas como un modo de incomunicación / Hajo Eickhoff, Breno Onetto M.
Material type: ArticlePublication details: Valdivia 2009 Universidad Austral de ChileDescription: pp. 113-118Subject(s): Online resources: In: Revista austral de ciencias socialesSummary: En tan sólo 150 años la sociedad ha devenido del homo erectus histórico al homo sedens de la sociedad pos-industrializada de hoy. Estamos sujetos a nuestras sillas, a nuestros cotidianos asientos mucho más de lo que creemos; no se trata sólo de una postura externa sino de una actitud interna que (de) forma o diseña la cultura de nuestra civilización occidental. Hajo Eickhoff, historiador cultural berlinés, ha tematizado esto en su obra e investigación sobre la función y crisis de una sociedad sedentaria como la que nos es a todos familiar. Ha escrito y editado algunos libros sobre el estar-sentado, erradicando por completo las sillas de su hogar. En su casa sólo hay alfombras como si se tratara de una carpa beduina, con suerte algunos taburetes en un piso de cocina algo más elevado pero sin sillas propiamente. La consecuencia va mucho más allá de este tipo de acciones, naturalmente; la explicación crítica a la cultura de la sillas no es anécdota biológica si se quiere, sino también cultural. La silla no era conocida por otras culturas que no fueran las occidentales, ni por el mundo asiático ni por el africano.Summary: En tan sólo 150 años la sociedad ha devenido del homo erectus histórico al homo sedens de la sociedad pos-industrializada de hoy. Estamos sujetos a nuestras sillas, a nuestros cotidianos asientos mucho más de lo que creemos; no se trata sólo de una postura externa sino de una actitud interna que (de) forma o diseña la cultura de nuestra civilización occidental. Hajo Eickhoff, historiador cultural berlinés, ha tematizado esto en su obra e investigación sobre la función y crisis de una sociedad sedentaria como la que nos es a todos familiar. Ha escrito y editado algunos libros sobre el estar-sentado, erradicando por completo las sillas de su hogar. En su casa sólo hay alfombras como si se tratara de una carpa beduina, con suerte algunos taburetes en un piso de cocina algo más elevado pero sin sillas propiamente. La consecuencia va mucho más allá de este tipo de acciones, naturalmente; la explicación crítica a la cultura de la sillas no es anécdota biológica si se quiere, sino también cultural. La silla no era conocida por otras culturas que no fueran las occidentales, ni por el mundo asiático ni por el africano.Item type | Current library | Collection | Call number | Copy number | Status | Date due | Barcode | |
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Analítica de revista | Biblioteca Central Colección General | General | REV. AUSTRAL CIENC. SOC.-16/09 (Browse shelf(Opens below)) | 1 | Available | FICTICIO5747 |
En: Revista Austral de Ciencias Sociales. Pueblos indígenas, discurso y territorio. No. 16, 2009. pp. 113-118. ISSN: 0717-3202\Disponible en formato electrónico.
En: Revista Austral de Ciencias Sociales. Pueblos indígenas, discurso y territorio. No. 16, 2009. pp. 113-118. ISSN: 0717-3202\Disponible en formato electrónico.
En tan sólo 150 años la sociedad ha devenido del homo erectus histórico al homo sedens de la sociedad pos-industrializada de hoy. Estamos sujetos a nuestras sillas, a nuestros cotidianos asientos mucho más de lo que creemos; no se trata sólo de una postura externa sino de una actitud interna que (de) forma o diseña la cultura de nuestra civilización occidental. Hajo Eickhoff, historiador cultural berlinés, ha tematizado esto en su obra e investigación sobre la función y crisis de una sociedad sedentaria como la que nos es a todos familiar. Ha escrito y editado algunos libros sobre el estar-sentado, erradicando por completo las sillas de su hogar. En su casa sólo hay alfombras como si se tratara de una carpa beduina, con suerte algunos taburetes en un piso de cocina algo más elevado pero sin sillas propiamente. La consecuencia va mucho más allá de este tipo de acciones, naturalmente; la explicación crítica a la cultura de la sillas no es anécdota biológica si se quiere, sino también cultural. La silla no era conocida por otras culturas que no fueran las occidentales, ni por el mundo asiático ni por el africano.
En tan sólo 150 años la sociedad ha devenido del homo erectus histórico al homo sedens de la sociedad pos-industrializada de hoy. Estamos sujetos a nuestras sillas, a nuestros cotidianos asientos mucho más de lo que creemos; no se trata sólo de una postura externa sino de una actitud interna que (de) forma o diseña la cultura de nuestra civilización occidental. Hajo Eickhoff, historiador cultural berlinés, ha tematizado esto en su obra e investigación sobre la función y crisis de una sociedad sedentaria como la que nos es a todos familiar. Ha escrito y editado algunos libros sobre el estar-sentado, erradicando por completo las sillas de su hogar. En su casa sólo hay alfombras como si se tratara de una carpa beduina, con suerte algunos taburetes en un piso de cocina algo más elevado pero sin sillas propiamente. La consecuencia va mucho más allá de este tipo de acciones, naturalmente; la explicación crítica a la cultura de la sillas no es anécdota biológica si se quiere, sino también cultural. La silla no era conocida por otras culturas que no fueran las occidentales, ni por el mundo asiático ni por el africano.
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