En: Revista de geografía norte grande, n˚26, 1999. pp.97-103. ISSN 0379-8682

En: Revista de geografía norte grande, n°26, 1999. pp.97-103. ISSN 0379-8682

En: Revista de geografÌa norte grande, nç26, 1999. pp.97-103. ISSN 0379-8682

Las áreas silvestres protegidas han sido consideradas tradicionalmente como la principal herramienta para la conservación de la biodiversidad. La concepción teórica clásica de éstas, consideradas como enclaves para la conservación, ha sido últimamente objeto de fuerte crítica, pues su aplicación práctica ha ido mermando la efectividad de sus objetivos ya ha provocado significativos conflictos al nivel territorial. Las deficiencias territoriales del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) tienen como consecuencias que fenómenos tales como la fragmentación y destrucción de los hábitat naturales y la creciente antropización de los espacios naturales comiencen a adquirir cada vez mayor importancia para la conservación, pues se desarrollan fuera del área protegida. Por ello, se considera que el manejo de las áreas silvestres protegidas requieren del establecimiento de corredores biológicos que las interconecten y de la creación de zonas de amortiguamiento que permitan superar los conflictos de uso del uso en sus alrededores, pero fundamentalmente de una planificación integrada del territorio, situaciones frente a las cuales las áreas protegidas de Chile tienen grandes deficiencias.

Las áreas silvestres protegidas han sido consideradas tradicionalmente como la principal herramienta para la conservación de la biodiversidad. La concepción teórica clásica de éstas, consideradas como enclaves para la conservación, ha sido últimamente objeto de fuerte crítica, pues su aplicación práctica ha ido mermando la efectividad de sus objetivos ya ha provocado significativos conflictos al nivel territorial. Las deficiencias territoriales del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) tienen como consecuencias que fenómenos tales como la fragmentación y destrucción de los hábitat naturales y la creciente antropización de los espacios naturales comiencen a adquirir cada vez mayor importancia para la conservación, pues se desarrollan fuera del área protegida. Por ello, se considera que el manejo de las áreas silvestres protegidas requieren del establecimiento de corredores biológicos que las interconecten y de la creación de zonas de amortiguamiento que permitan superar los conflictos de uso del uso en sus alrededores, pero fundamentalmente de una planificación integrada del territorio, situaciones frente a las cuales las áreas protegidas de Chile tienen grandes deficiencias.

Las ·reas silvestres protegidas han sido consideradas tradicionalmente como la principal herramienta para la conservaciÛn de la biodiversidad. La concepciÛn teÛrica cl·sica de Èstas, consideradas como enclaves para la conservaciÛn, ha sido últimamente objeto de fuerte crÌtica, pues su aplicaciÛn pr·ctica ha ido mermando la efectividad de sus objetivos ya ha provocado significativos conflictos al nivel territorial. Las deficiencias territoriales del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) tienen como consecuencias que fenÛmenos tales como la fragmentaciÛn y destrucciÛn de los h·bitat naturales y la creciente antropizaciÛn de los espacios naturales comiencen a adquirir cada vez mayor importancia para la conservaciÛn, pues se desarrollan fuera del ·rea protegida. Por ello, se considera que el manejo de las ·reas silvestres protegidas requieren del establecimiento de corredores biolÛgicos que las interconecten y de la creaciÛn de zonas de amortiguamiento que permitan superar los conflictos de uso del uso en sus alrededores, pero fundamentalmente de una planificaciÛn integrada del territorio, situaciones frente a las cuales las ·reas protegidas de Chile tienen grandes deficiencias.