Esta obra ofrece una mirada focalizada y compleja en torno a ciertos ejes articuladores de instancias decisivas en las transformaciones del arte latinoamericano en la primera mitad del siglo xx. La principal de estas instancias es el nacionalismo artístico, precipitado de situaciones preexistentes que la Revolución mexicana catalizó para su contexto inmediato y también para una América Latina que intentaba reinventarse como cultura propia y alterna.\Otro hilo conductor es la tensión entre nacionalismo y vanguardia, nociones que en nuestros países, y en estos años, se manifiestan no como categorías opuestas sino complementarias; sus inevitables fricciones actuaron como catalizador adicional para los procesos que nos interesan, pues este libro, lejos de asumirlas, problematiza las ficciones de unidad continental tan arduamente construidas durante esa época.\A lo largo del libro se estudian elementos de contradicción y complejidad que transitan desde los momentos más radicales del muralismo, desde el callismo hasta el aislamiento impuesto a experiencias como las del esfuerzo pictórico de David Alfaro Siqueiros en el extremo sur de Chile conservador; pasa por las instancias alternas surgidas en espacios diversos como Lima y Cusco, Bogotá y La Habana, Buenos Aires y Sao Paulo. Con todo, se reconoce la imposibilidad material de abordar la densidad completa de esas escenas, particularmente en los últimos dos casos.\El sistema orgánico de esta obra no responde a criterios enciclopédicos, sino a los principios de la historia-problema; aborda casos específicos pero de carácter significativo y proyección amplia. Y aunque también ofrece algunas ineludibles visiones panorámicas, éstas se abisman en imágenes condensadoras de muchos tipos: pinturas, escritos literarios y políticos, comunicaciones privadas y públicas: la múltiple textualidad cultural de una época heroica y trágica.