El siglo XXI se inicia con una acentuación de los desequilibrios territoriales y una creciente acumulación de la población en megaciudades donde se producen graves patologías urbanas que contrarrestan los efectos positivos de la urbanización. El autor plantea un nuevo escenario disuasorio formado por redes de pequeñas ciudades como nodos ecológicos y tecnológicos de entornos locales dotados de identidad territorial, de la cual se deriva el sentido de pertenencia individual y colectivo que funciona como factor psicosociológico para promover la implicación de la población, en el marco de la teoría del Desarrollo Territorial Integrado y Autosostenido, que tiene su referente espacial y socioeconómico en las Comunidades Territoriales. Se trata de una nueva formulación teórica que combina el Desarrollo Local y la Ordenación del Territorio. A partir de la construcción de las Comunidades Territoriales organizadas en red, el autor diseña un modelo de Ciudad Regional Difusa.