Tanto en América Latina como en Chile, se han producido en los últimos cinco años cambios sustantivos en el plano económico, político, cultural y social, entre los cuales es preciso destacar la predominancia de las políticas económicas neoliberales (hoy sometidas a revisión y a críticas); el crecimiento de la pobreza en la mayoría de los países de la región; la aparición de fenómenos de apartheid cultural y social; el recrudecimiento de la violencia urbana y del narcotráfico; el impacto de la modernización de las comunicaciones y el predominio del mercado en la industria cultural, con todas las implicancias que estas transformaciones tienen en la subjetividad, en la cultura y en la ética individual y civil.\El desencanto generalizado por la política convencional y la crisis de los paradigmas formales predominantes siguen vigentes, aunque es evidente la emergencia y el desarrollo en los ámbitos intelectuales de un discurso crítico y constructivo, así como también de actores sociales y movimientos ciudadanos que intentan -teórica y prácticamente- refundamentar una renovada política, revitalizar una cultura cívica basada en los derechos humanos y establecer las bases éticas e institucionales de un nuevo desarrollo, respetuoso éste de la diversidad, la solidaridad, la igualdad entre los sexos, la interculturalidad, la participación ciudadana y la sustentabilidad ecológica del mismo.\En verdad se trata de retomar un discurso histórico que valore la dimesión utópica de la vida humana y plantee la necesidad trascendental de construir una democracia basada en una ciudadanía activa, crítica y participante. No una democracia de espectadores; sí, en cambio, una democracia de ciudadanos.\El presente texto, presenta un conjunto de lecturas de autores latinoamericanos que buscan dar contenido a este discurso histórico.