El uso de portafolios no es, desde luego, una invención reciente: el concepto existe desde hace mucho en numerosos ámbitos fuera del aula. Sin embargo, en la educación y de cara al siglo XXI, los portafolios irrumpieron como un fenómeno de sorprendente versatilidad y eficacia.\Definidos en principio como una colección deliberada de las producciones de cada alumno, se convierten en una herramienta importante para la metacognición y el crecimiento acorde a metas autopropuestas. Según han expresado tanto investigadores como docentes en distintos países del mundo, los portafolios contribuyen a:\- comprometer a los alumnos en el desarrollo de su aprendizaje;\- ayudar a los alumnos a adquirir habilidades de reflexión y autoevaluación;\-documentar el aprendizaje en áreas curriculares que no se prestan a evaluaciones tradicionales, y\-facilitar la comunicación entre los directivos, los docentes y las familias.\Esta guía práctica representa un útil recurso para aquellos educadores que deseen iniciarse en el uso de portafolios en el aula. En un formato conciso, las autoras examinan variados usos de este recurso y ofrecen orientaciones sobre las estrategias que permiten mejorar los procesos de evaluación diagnóstica. Una nueva estrategia para la evaluación que integra prácticas convencionales y promueve el desarrollo de prácticas innovadoras en el aula.