Cuando la ciencia se hizo necesaria para multiplicar las lecturas del mundo, hubo quien sostuvo que bastaba saber un saber para enseñarlo. Fue el momento de la hegemonía de las disciplinas.\Las didácticas de las ciencias vinieron a matizar: saber un saber es condición necesaria pero no suficiente para enseñar, es necesario además: saber enseñar un saber. Fue el momento de la hegemonía de las didácticas y de las tecnologías educativas.\Pero reducir el problema de la educación a enseñar un saber y saber enseñarlo ha sido la expresión de otra hegemonía: la hegemonía de la enseñanza de saberes. Por su medio se saca de foco y se deja en la penumbra el problema central de la pedagogía: la formación del sujeto. Más allá de la enseñanza de saberes, el pedagogo está preocupado por la formación de sujetos.\La dialéctica interna del campo intelectual de la educación, la fuente interna de su dinámica, se expresa en la tensión entre la enseñanza de saberes y la formación de sujetos.\Este libro, como cualquier otro que se preocupe de la pedagogía, propone una compresión del saber pedagógico. Pero la comprensión que este libro propone está más preocupada por la formación de sujetos que por la enseñanza de saberes. No tiene la pretensión de proponer un punto de partida para discusión.