En: Trabajo Social. Revista regional de trabajo social. Vol. XIX, no. 33, 2005. pp. 13-30. ISSN: 07970226.

En continuidad con trabajos anteriores, aquí reflexionamos acerca de algunos desafíos cruciales que el servicio/trabajo social -al menos el burocráticamente organizado- no acaba de asumir plenamente en la era que recién se está perfilando con rasgos más definidos que hace algunos decenios, sea, el sistema social de poder mundial que conocemos -entre otros nombres- como sistema-mundo posmoderno, imperio, modernidad y globalización, cuya contracara invisibilizada por la epistemología angloeurocéntrica es la diferencia neocolonial, el poder neocolonial y la neocolonialidad del poder. La posicionalidad desde la cual realizamos nuestro recorte de realidad es la de la Red Latinoiberoamericana y Caribeña de Trabajadores Sociales (RELATS), una organización intercontinental red de redes que, desde la diferencia neocolonial, encarna los desafíos frente a los cuales nuestro oficio/profesión se constituye en promisorio campo de luchas por desbloquear, reorganizar y redesplegar nuestras indómitas capacidades de reinvención de nuestras relaciones de conocimiento con las realidades que somos capaces de soportar. Aquí no aportamos conclusiones, mucho menos contundentes, al estilo de los pensamientos inductivo y deductivo. En nuestra práctica abductiva la realidad que trabajamos es conjetural y discontinua; de allí que no pretendemos el descanso proporcionado por las soluciones teleológicas, sino apenas insinuar un itinerario posible para recorrer distancias -inagotables, discontinuas y a veces inefables- por cubrir entre mente/mundo, reflexión/acción, promesa/esperanza. Nuestro abordaje se basa en la experiencia reciente del trabajo social en Venezuela; asimismo, en investigaciones, análisis documentales y entrevistas realizadas por el autor a colegas de diversos países.

En continuidad con trabajos anteriores, aquí reflexionamos acerca de algunos desafíos cruciales que el servicio/trabajo social -al menos el burocráticamente organizado- no acaba de asumir plenamente en la era que recién se está perfilando con rasgos más definidos que hace algunos decenios, sea, el sistema social de poder mundial que conocemos -entre otros nombres- como sistema-mundo posmoderno, imperio, modernidad y globalización, cuya contracara invisibilizada por la epistemología angloeurocéntrica es la diferencia neocolonial, el poder neocolonial y la neocolonialidad del poder. La posicionalidad desde la cual realizamos nuestro recorte de realidad es la de la Red Latinoiberoamericana y Caribeña de Trabajadores Sociales (RELATS), una organización intercontinental red de redes que, desde la diferencia neocolonial, encarna los desafíos frente a los cuales nuestro oficio/profesión se constituye en promisorio campo de luchas por desbloquear, reorganizar y redesplegar nuestras indómitas capacidades de reinvención de nuestras relaciones de conocimiento con las realidades que somos capaces de soportar. Aquí no aportamos conclusiones, mucho menos contundentes, al estilo de los pensamientos inductivo y deductivo. En nuestra práctica abductiva la realidad que trabajamos es conjetural y discontinua; de allí que no pretendemos el descanso proporcionado por las soluciones teleológicas, sino apenas insinuar un itinerario posible para recorrer distancias -inagotables, discontinuas y a veces inefables- por cubrir entre mente/mundo, reflexión/acción, promesa/esperanza. Nuestro abordaje se basa en la experiencia reciente del trabajo social en Venezuela; asimismo, en investigaciones, análisis documentales y entrevistas realizadas por el autor a colegas de diversos países.