No es casual que este trabajo esté dedicado a todos aquellos que deseen revisar sus paradigmas. Los contenidos ofensivos e inexactos con relación a la etnia mapuche han estado constantemente presentes en los procesos regulares de aculturación del sistema educacional. Tales contenidos, herencia del conquistador europeo, sirvieron a estos y a su descendencia criolla para justificar sus políticas inhumanas y de atropello hacia la etnia y, más tarde, en contra de los sobrevivientes de la "pacificación de la araucanía". El sistema educacional chileno se transformó en un poderoso medio para llevar a cabo los propósitos de los diferentes grupos interesados en apropiarse de los territorios de este pueblo. En un momento dado de la historia del país, tales contenidos mentirosos se hacen habituales en los discursos oficiales de políticos y dirigentes del Estado, en la producción intelectual y, por cierto, en las escuelas y liceos de la región mapuche. Queda así un territorio fértil para la construcción cognitiva del prejuicio, del estereotipo ofensivo y la discriminación racista que sufre y ha sufrido este pueblo en sus casi doscientos años de vida en común con el Estado chileno.\Revertir esta realidad no solo es un imperativo ético y moral. Son años de abuso psicológico en contra del niño mapuche, dañando su autoestima toda vez que se desprecia su identidad y por lo tanto su sí-mismo. Ello es parte de la deuda histórica que el Estado debe pagar. Es el momento de aniquilar cualquier vestigio racista en la convivencia nacional; así lo recomiendan la prudencia y la inteligencia.\\El reciente desciframiento del genoma humano permite recordar que las razas no existen ni existieron jamás, solo existen los racistas, mentores de estas "verdades" que se han transformado en cogniciones en el aparato psíquico del chileno y que configuran actitudes, sentimientos, creencias y estereotipos que dificultan la razón. En este libro se consideran algunos aportes para revertir la situación.