En este libro sus autores analizan tres maneras de estructurar los objetivos de aprendizaje: competitiva, individualista y cooperativa. Convienen en que todas pueden usarse de manera productiva e integrarse en el desarrollo de la vida escolar. Pero es importante saber cuándo competir, cuándo trabajar solos y cuándo hacerlo cooperativamente. En el mejor de los casos, la cooperación es el marco en el que pueden darse los esfuerzos competitivos e individualistas. También orientan a los docentes para que en sus clases todos los alumnos puedan competir por placer, tabajar solos de manera autónoma y cooperar con los demás de manera eficaz, sin perder de vista algunos aspectos inquietantes de la práctica docente como la evaluación y la calificación de los aprendizajes.

Construcción del conocimiento matemático